1. El 16 de mayo se llevó a cabo el debate entre candidatos a la presidencia municipal de León, organizado por la COPARMEX y trajo consigo, en su mayor parte, cosas que ya sabíamos. A pesar de ello, como ya lo habíamos mencionado, los debates nos permiten ver a los candidatos en circunstancias diferentes abriendo la posibilidad de modificar nuestra percepción sobre ellos.
Hablar o escribir sobre el debate es complicado porque intervienen diferentes factores y sobre todo porque se pueden tocar susceptibilidades; sin embargo, vamos a tomar el riesgo con el propósito de socializar impresiones y puntos de vista.
Lo bueno.
2. Primero, el hecho de realizar el debate porque es la ocasión para contrastar proyectos, discutir los problemas de la ciudad y observar las diferencias entre los aspirantes. Por limitado que sea el formato del debate, cada uno de los candidatos se puede expresar libremente sobre sus cualidades o sobre sus propuestas para León.
3. El ciudadano puede hacer un examen de la presentación, el discurso, las ideas, los argumentos y el tipo de respuestas de los aspirantes al gobierno municipal.
En esta ocasión participaron los cinco candidatos: Bárbara Botello, por el PRI; Humberto Reyes del PT; Ariel Rodríguez, PRD; Miguel Ángel Salim del PAN y Luis Sandoval de Movimiento Ciudadano. La competencia electoral en León es muy particular porque al contar con un sistema de partido predominante, lo lógico sería que la oposición formara un bloque pero sucede lo contrario; se fragmenta permitiéndole al partido mayoritario mantenerse en las preferencias.
Se ha podido distiguir diferentes proyectos o por lo menos perspectivas sobre el quehcer del gobierno local. El proyecto de Miguel Ángel es de continuidad con lo realizado por los anteriores gobiernos. La candidata del PRI propone un cambio sin alteraciones o al revés porque no es muy comprensible la idea de un cambio tranquilo. Mientras que los candidatos Ariel Rodríguez y Humberto Reyes, del PRD y PT respectivamente, sostienen una transformación del modelo de gobierno panista.
4. Por difícil que parezca las acusaciones o señalamientos son también un aspecto positivo del debate porque nos permite conocer otros aspectos de los candidatos. A un sector importante de la población no le agrada que los candidatos en un debate se lancen acusaciones sin embargo detengámonos a pensar que antes de adquirir un bien o servicio nos gusta saber los pros y los contra, es decir, sus cualidades pero también sus defectos. De esta manera, si es importante cuestionar la capacidad y la trayectoria de los candidatos. De la misma forma, es relevante que los candidatos puedan responder a esos señalamientos. Naturalmente Miguel Ángel Salim fue el más señalado por ser el candidato puntero en las preferencias y no nos debe de extrañar porque ha sido servidor público por varios años y en este sentido, sus propuestas y desempeño deben ser analizadas con detenimiento.
5. Por último, también es positivo que el debate muestre las deficiencias de nuestra democracia, de nuestra competencia electoral, de nuestros partidos y de nuestros políticos. Por lo menos, nos indica lo que es necesario mejorar.
Lo malo.
6. El esquema y las estrategias son las de siempre: un candidato puntero que no debate y una oposición que cuestiona sin mucho orden. Ciertamente, para los candidatos de Acción Nacional su objetivo es mantenerse en las preferencias pero el ser tan precavidos denota inseguridad para el ejercicio de la democracia que implica diálogo, discusión y confrontación de ideas.
La oposición realiza cuestionamientos generales y repetitivos, en algunas ocasiones vagos, porque no consigue realizar un seguimiento puntual de las políticas públicas del partido en el poder; debido a que no se organiza fuera de los tiempos electorales. El PRI sería el único partido de oposición que ha dado seguimiento; sin embargo, sus propuestas no han conseguido posicionarse.
7. Un problema de nuestra clase gobernante y de nuestra clase política es que sus propuestas padecen de lo que el Dr. Leonardo Curzio ha llamado “obritis”, es decir, los gobernantes consideran que hacen un buen trabajo porque realizan obras y obras. Sin duda, es parte de la acción del gobierno pero la sociedad tiene otras necesidades que demandan políticas públicas integrales. Curiosamente, por no decir otra cosa, un gobierno humanista no lo proyecta y la oposición no lo aprovecha.
8. Esta misma situación deja ver la necesidad de políticos profesionales al interior de los partidos locales; no podemos negar la voluntad de los candidatos de oposición por construir alternativas y generar competencia electoral pero no es suficiente porque las candidaturas van más allá de un personaje, se requiere estructura partidista, organización, comunicación, propuestas viables y, evidentemente, recursos.
9. Como usted puede ver en los puntos anteriores no existe novedad en la competencia electoral municipal; no obstante, deseamos más y mejores debates para discutir lo que más convenga para nuestra ciudad.
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