Lejos está la Presidencia
de la República de salir al paso de los problemas provocados por el combate al
crimen organizado. La semana pasada apareció un video que vuelve a poner en los
primeros lugares de la agenda nacional, la fuga de Joaquín "El Chapo"
Guzmán.
Un simple video pero
con el audio original confirmó sospechas y dejó mal parados a funcionarios del
más alto nivel en nuestro país. En pocas palabras, resultó una caja de pandora:
1. De acuerdo a las
declaraciones del Senador Alejandro Encinas; desde un inicio había solicitado
el material con el audio pero en su momento le explicaron que el video no
contaba con audio. Ahora, aparece el video completo y con el audio; por esa
razón, solicitará la comparecencia del Secretario de Gobernación y la
Procuradora.
Este hecho es muy relevante
porque el Poder Ejecutivo le miente o le oculta información al Poder
Legislativo, cuando una de sus funciones es de control. Seguramente con ello,
nacerá un conflicto entre ambos poderes pero se verá mitigado por la mayoría
priísta en el Congreso.
En países con
mecanismos más efectivos de contrapeso entre los distintos poderes, un problema
como éste provocaría la renuncia inmediata de los Secretarios de Estado involucrados.
No obstante, en nuestro país es diferente; de acuerdo a lo que explicó el Secretario
de Gobernación: "Las crisis no son
para renunciar, sino para enfrentarlas". Con base a esta lógica,
entonces; como la crisis se ha agudizado más se aferrará al puesto.
2. Al mismo tiempo,
la versión del Gobierno de la República se modificó cuando en primera instancia
afirmaron que los protocolos de emergencia se activaron 20 minutos después de
la fuga.
El video permite
constatar que pasaron 3 horas y 24 minutos para activar el código rojo. Después
de que Joaquín Guzmán se introduce por el boquete de la regadera, transcurren
26 minutos para que agentes de la Policía Federal se reúnan alrededor de las
pantallas para observar algo anormal en la celda pero no accionan ningún tipo
de alarma. Posteriormente, envían a dos guardias que se asoman a la celda
y solamente ubican el agujero de la regadera pero se retiran. En seguida, son
los mismos presos los que llaman la atención de los guardias golpeando las
rejas y tiempo después es cuando aparecen varios guardias que se introducen a
la celda. Ningún protocolo rojo, ni 20 minutos.
3. En este sentido,
de acuerdo a las observaciones realizadas por el senador Encinas también los
protocolos de emergencia resultaron ineficientes o no se respetaron. Si es así,
el narcotraficante contó con la más alta complicidad de la cadena de custodios
y los más altos funcionarios del penal.
4. El video permite
confirmar lo que desde el primer momento muchos cuestionaron: las maniobras
para la fuga no podrían pasar desapercibidas.
En el video se
escuchan claramente los golpes con los que terminaron por abrir el boquete en
la regadera; mientras los guardias permanecían quietos en sus respectivos
asientos. Nadie escuchó los martillazos en la zona de las celdas ni en los videos.
5. Ahora se
sabe que el narcotraficante más buscado de México durante los 477 días que
estuvo recluido, tuvo 386 visitas: 272 de sus abogados, 68 de familiares y 46
conyugal, es decir, el 81% de sus días en la cárcel tuvo algún tipo de
visita. A pesar de que escucharon sus conversaciones no se dieron cuenta
de sus planes de fuga.
6. Uno de los
aspectos que más ha llamado la atención es el relacionado con la filtración. Es
claro que alguien con la posibilidad de acceso a esta información entregó el
video al periodista Loret de Mola con la intención de perjudicar al gobierno,
en particular al Secretario de Gobernación porque está al frente del Cisen, de
la Comisión Nacional de Seguridad y del Sistema Nacional Penitenciario.
Como es de
esperarse la Procuraduría General de la República ya investiga al responsable
de la filtración pero no se han escapado de las críticas como la realizada por
el mismo periodista Carlos Loret de Mola: “Están
despreocupados por el fondo: limpiar la policía y llegar a la verdad”.
De esta forma, los problemas en materia de seguridad
se le multiplican al Presidente Peña Nieto; ahora también tendrá que hacer
frente a los cuestionamientos derivados de la filtración del video. El daño es
irreversible y le corresponde al gobierno dar respuesta no con discursos
optimistas sino con acciones concretas.
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