miércoles, 25 de enero de 2017

México frente Trump

Habremos de abordar por segundo fin de semana consecutivo el tema del nuevo presidente de los Estados
Unidos pero ahora, también tratando de analizar la respuesta del gobierno de nuestro país para tratar de entender lo
que está ocurriendo hasta el momento.
El pasado viernes 20 de enero tuvimos la oportunidad de escuchar el primer discurso del presidente Trump y
dejó mucho para el análisis. Hay que decir que en lugar de reducir la incertidumbre sobre su gobierno, la
incrementó.
Este es una síntesis del discurso, subrayando algunos fragmentos que más llamaron la atención:
Después de un saludo y un llamado a la esperanza, hace el siguiente señalamiento: “Porque no solo estamos
transfiriendo el poder de una administración a otra o de un partido a otro, sino que estamos transfiriendo el poder
de Washington y se lo estamos devolviendo a ustedes, el pueblo”
Posteriormente, realizó una fuerte crítica a la clase política al señalar que solamente ellos han prosperado
mientras el pueblo quedó rezagado. Por esa razón, afirma que algo nuevo comenzó el 20 de enero de 2017 para los
estadounidenses.
A continuación volvió a la crítica de los gobiernos anteriores al indicar: “Durante muchas décadas hemos
enriquecido la industria extranjera a costa de la industria estadounidense, hemos subsidiado a los ejércitos de
otros países mientras permitimos que el nuestro quedara tristemente mermado” y realiza su expresión nacionalista
que emociona a sus simpatizantes y alarma a otros como indica la periodista Julie Hirschefeld: “A partir de este dí
a, solo Estados Unidos será la prioridad. Estados Unidos primero”.
Continuó con una serie de promesas sobre comercio, inmigración, construcción de infraestructura, generación
de empleo a través de dos simples reglas: “comprar en Estados Unidos y contratar en Estados Unidos” pero cierra
con una frase muy fuerte sobre la realidad estadounidense y considerada por muchos como desproporcionada: “
Esta masacre estadounidense termina aquí mismo y ahora mismo”.
Sobre su papel en el mundo señaló: “Seremos la luz que guía a todos. Reforzaremos viejas alianzas,
formaremos otras nuevas y uniremos al mundo civilizado contra el terrorismo islámico radical, que será
erradicado por completo de la faz de la tierra”.
Finalmente vinieron los llamados a permanecer unidos, a soñar en grande y recuperar la grandeza de los Estados
Unidos.
Las primeras impresiones al discurso del presidente Trump fueron considerarlo como simple pero muy crítico
con la clase política estadounidense y el mundo exterior, con fuertes elementos nacionalistas. En realidad no ha
variado mucho de la etapa de la campaña electoral.
Luego del discurso y de las primeras decisiones del presidente Trump vienen las reacciones dentro del mismo
país, del resto del mundo y por supuesto, el nuestro.
En el caso de nuestro país, le corresponde al presidente dirigir la política exterior y modificar tratados
internacionales sometiéndolos a la aprobación del Congreso y al Senado de la República le corresponde analizar la
política exterior.
De esta manera, el presidente Peña Nieto previo a la toma de posesión del presidente Trump nombró como
Secretario de Relaciones Exteriores a Luis Videgaray y como embajador en los Estados Unidos a Gerónimo Gutié
rrez.
Luis Videgaray regresa al gabinete pero han proliferado más los cuestionamientos al considerar que es el
causante de la situación económica del país, de tener nula experiencia diplomática y al confiar su éxito en la
Secretaría de Relaciones Exteriores en el conocimiento personal de algún familiar de Donald Trump.
Por su parte, en la cámara de Senadores a través del presidente de la mesa directiva se informa que se protegerá
n a los mexicanos y sus familias por medio de otorgar mayores recursos a los consulados, atender a migrantes en su
retorno, actualizar el marco jurídico, reformar la ley de educación e integrar una estrategia de repatriación.
Coordinadores de otras fracciones parlamentarias llamaron a cerrar filas para defender la soberanía e intereses de
México.
Como podemos ver todavía la reacción y respuesta por parte del Ejecutivo y de Legislativo es pobre frente al
tamaño del desafío.
Por esa razón, hay dos elementos que podrían reducir la incertidumbre: el primero, los contrapesos
institucionales en Estados Unidos que podrían mostrar un Donald Trump limitado en lo que se propone realizar y
segundo, buenos resultados de las reuniones entre funcionarios americanos y mexicanos que pudieran generar
información con mayor claridad sobre lo que vendrá en los próximos meses.

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